Por: Eduardo Israel Cabrera Santoyo
* En exclusiva Wilmer Pozo Sánchez describe el desarrollo de la producción
Habló el realizador de la importancia de hacer cortometrajes, especificó que por un lado generar cine en el Ecuador “en una forma más sintetizada, pero al fin y acabo es cine”, así la memoria audiovisual creada en este país se solidifica, se sentencia y se marca con respecto al tiempo y espacio en el que se generó el corto, pero siempre hay que pensar que el trabajo final no solo se encaje ecuatorianamente, sino para el mundo en su totalidad. Y desde el punto de vista particular y como exponente es siempre la necesidad de creación artística que me permite manifestar una esencia interior que se hace tangible al momento de -concebir- un corto.
Explicó que “como yo hay un número infinito de realizadores que encontraron no solo en las redes sociales sino en el internet en general una ventaja para presentar a todo el mundo trabajos de carácter audiovisual (cortos, video clips, videos en general) “algo que hace un par de años atrás era algo determinadamente limitado”.
“Mis cortos no están pensados para que le agraden a todo el mundo ya que los hago para mí, pero están a disposición para todo este mundo gracias al internet”.
Aseguró Wilmer Pozo que “Si las leyes determinadamente se modifican será todo en contra y directamente para los cortometrajes en que el contenido fue pensado y producido con uso y apoyo de medios audiovisuales de terceras personas o material alternativo, es decir los cortometrajes que de alguna manera son independientes o que no llegan a ser de carácter de industria. Por el bien de una libre exposición virtual de no solo los cortometrajes, si no del arte en general el internet debe seguir y ser eternamente libre”.
Sin embargó, el director que se inclina por el cine experimental, “me da el riesgo infinito de tratar de innovar o destruir lo estándar, no creo que todo ya este hecho en el cine y lo experimental abre la posibilidad de comprobar aquello. Así, las nuevas formas que encuentre para contar una historia son muy excitantes ya que son como un nuevo monstruo que vas a crear”.
Afirmó, que los efectos fueron cuidados desde la más simple corrección de color, pasando por el uso de trasformación, ensamble y animación de un elemento dentro de lo grabado son los efectos que generalmente que se usa. A ello, dijo que “En un futuro daré importancia relevante a elementos de 3D realistas que están pensados para formar un nuevo corto”.
“Entiendo que muchas personas defienden el uso casi total de efectos sean estos efectos especiales o básicos para llegar a un resultado agradable o como solución a limitantes físicos que se presentan en una grabación, por el momento me veo más como un público crítico del abuso de estos efectos, pero sin excluirlos para futuros usos en mis trabajos”.
Finalmente, se indicó el realizador a que “T.A.T es mi último film, fue terminado a mediados del 2011, pero que a inicios de este año agregue contenido extra para darle más “poder”. T.A.T es un cortometraje experimental basado en el Test de Apercepción Temática (T.A.T), que es una prueba proyectiva de personalidad humana, cuenta con 31 láminas y fue inventada por Henry Murray y sus colaboradores en 1943”.
Por último, Wilmer Pozo se refirió a su equipo de trabajo quien siempre lo apoyo todo momento para realización este significativo trabajo fílmico “Agradezco públicamente a todas las personas que colaboraron para la realización de T.A.T”.
SINOPSIS:
De lo más profundo de la cabeza de una mujer (Tarcila Amada Tirzo) nos expone su personalidad por medio del test de apercepción temática (T.A.T) explorando de un modo experimental nos aferramos a sus miedos, a una atemporalidad trastornada por varias acciones y a una intangible pero extraña forma de ver la vida que tanto ama y odia a la vez.
Dirección/Guión/Cámaras/Edición: Wilmer Pozo Sánchez
Producción: ONIRICOSIS -laboratorio audiovisual-
Reparto: Hugo Calero, Israel Portilla, Frank Robalino, Ma.José Mena, Iván Chávez, Javier Pozo
Año: 2011
País: Ecuador